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bfheymann

El sutil arte de que te importe un carajo

Compré ‘El sutil arte de que te importe un carajo’ porque dice carajo en negritas, la portada es naranja, y dice que se trata de un enfoque disruptivo, y ya, con esos tres elementos me ganó.

Algunas generalidades antes de pasar a las ideas que me parecieron interesantes. La primera, y bastante importante, Harper Collins México échenle un ojo a la ortografía y typos que tiene el libro porque, aunque no son muchos, sí son notorios. La segunda, es muy fluido, con buenos chistes (aunque la traducción los arruina a veces) y se siente muy personal.

Por último, la contra define al libro como “una guía de autoayuda” y tontamente no lo leí antes de comprarlo, porque de haberlo visto, lo aviento. Personalmente, no me parece ni una guía, ni autoayuda, es más como un híbrido entre autobiografía, historias que todos conocemos y conceptos no acabamos de asimilar, pero que es bastante digerible para tener presente. Pero bueno, si lo leyeron, me dirán su opinión.

Acéptate como eres

Charles (Bukowski) era un perdedor. Su éxito no derivaba de su determinación, sino del hecho que él sabía que una perdedor. Lo aceptó y entonces escribió con honestidad sobre ello. La genialidad de su trabajo (…) fue su simple habilidad de ser completa y cruelmente honesto consigo mismo. Y esto me recuerda un post que escribí hace mucho tiempo que se llamaba puro cabrón.

Me cae muy bien Bukowski.

Todos los consejos convencionales que recibes para ser feliz se centran en lo que careces. ¡Tómala! soy medio ñoño y una sesión de mi asignatura de Transmedia está ligada al FOMO, y este fear of missing out tiene su base en lo mismo: todo aquello que quieres tener y no puedes. Creo que a la gente nos gusta que nos digan qué hacer, por eso los libros de autoayuda son tan vendidos y las notas tipo “los 13 errores que cometes para no ser millonario” son tan exitosas: porque te dicen qué hacer y te restriegan lo que te falta.

  • La clave para una buena vida no es que te importen muchas cosas, es que te importen menos para que en realidad te importe lo que es verdadero y trascendente.
  • Nuestra crisis ya no es material, es existencial, es espiritual. Tenemos tantas porquerías materiales y tantas oportunidades que ya no distinguimos qué debe importarnos ni que debe valernos un carajo.
  • Perseguir algo sólo refuerza el hecho de que careces de ello.
  • Al entrar en los cuarentas nuestro nivel de energía decae, nuestra identidad se consolida. Sabemos quiénes somos y nos aceptamos, incluyendo las partes que no nos encantan.

El concepto es el mismo: resuelve problemas y sé feliz.

Ay, nuestra realidad está del carajo

La marea de información extrema nos ha condicionado a creer que el excepcionalismo es el nuevo estado “normal” y debido a que casi todo el tiempo todos somos demasiado promedio, el diluvio de información excepcional nos hace sentir muy inseguros.

Internet no sólo ha democratizado la información, también ha distribuido gratuitamente la inseguridad, la falta de confianza en uno mismo y la vergüenza.

Creemos que lo merecemos solo por el hecho de existir, y las decisiones están basadas en perseguir un bienestar efímero, no en generar felicidad ni hacer el recorrido completo para obtener la ganancia. Otra vez FOMO.

Si quieres cambiar la forma en la que percibes tus problemas, tienes que modificar lo que valoras y/o cómo mides el éxito y fracaso.

“Victimismo chic”: el juego de culpa/vergüenza se ha vuelto tan popular que en ciertas esferas se ve como algo cool. Compartir “las injusticias” atrae más atención y más efusividad emocional. Todos vamos montados en la indignación moral que eso trae consigo.

Es tremendamente interesante el fenómeno de la indignación moral digital.

En algún punto nos da miedo el fracaso y nos quedamos sólo con lo que está frente a nosotros o en lo que somos de verdad buenos. Eso nos confina y nos sofoca.

Hay tanta presión por agradar que la gente con frecuencia reconfigura totalmente su personalidad, dependiendo de la persona con la que esté tratando.

¿Qué significa que te valga un carajo?

  • Aceptar y estar cómodo con ser diferente es una forma de que te importe un carajo. Debes tener claro que lo que importa es lo significativo y valioso, lo frívolo y sin sentido tienen a importar más.
  • Defínete en las formas más simples y ordinarias posibles. Renuncia a las ideas de grandeza sobre ti mismo.
  • Necesitamos una especie de crisis existencial para mirar objetivamente cómo hemos perdido el sentido de nueva vida.
  • El compromiso te brinda libertad porque ya no estás distraído por lo que no tiene importancia y lo frívolo.

Cierre magistral

Manson retoma a Ernest Becker con su tesis de vida: la muerte es inevitable y nos aterroriza. Para compensar el miedo del yo físico tratamos de construir un yo conceptual que viva eternamente. Por eso ponemos nuestros nombres en edificios, estatuas, lomos de libros con la esperanza de que nuestra influencia viva más allá de nuestro yo físico. Estos son nuestros proyectos de inmortalidad.

¿Cuánto te estás esforzando por trascender y ser excepcional? a últimas fechas, me importa un carajo.